abril 2006

de los peces, animales terrestres..

Ya sabéis que los animales terrestres aparecieron a partir de animales marinos. Pues bien, hoy sale en "El País" (los últimos días van cargaditos de noticias) un reportaje acerca de un hallazgo de un grupo de investigadores estadounidenses que han descubierto en Canadá el que parece ser el eslabón perdido entre animales terrestres y peces. El texto de la noticia es:

"Científicos de la Universidad de Chicago han descubierto en Canadá fósiles de una especie que vivió hace 383 millones de años y que representa el eslabón evolutivo entre los peces y los primeros animales que pasaron del medio acúatico al terrestre. El hallazgo ocupa dos reportajes del próximo número de la prestigiosa revista Nature.

El denominado Tiktaalik roseae es un híbrido de pez y animal. Posee cráneo, cuello, costillas y partes de esqueleto que lo asemejan a los animales cuadrúpedos conocidos como tetrápodos. Pero al mismo tiempo cuenta con características propias de los peces, como una mandíbula primitiva, aletas y escamas. Los expertos aseguran que el Tiktaalik fue un depredador con dientes afilados, una cabeza similar a la de los cocodrilos y un cuerpo aplanado. Por la naturaleza de los depósitos donde se encontraron los fósiles y la estructura ósea del animal, el Tiktaalik vivió en aguas poco profundas y quizás incluso fuera del agua durante cortos periodos.

Los fósiles, descubiertos en la isla de Ellesmere, en la región ártica de Canadá, servirán para llenar las lagunas en los estudios de la comunidad científica internacional sobre cómo fue la transición de los peces a los primeros tetrápodos. Hasta ahora, según informa la BBC, se pensaba que el primer animal cuadrúpedo sobre la faz de la Tierra era el Acanthostega, con una antigüedad de 365 millones de años. El hallazgo conocido hoy ocupará un vacío de millones de años entre el Acanthostega y el Panderichthys, un pez que vivió hace 385 millones de años con los primeros signos de adaptación al medio terrestre.

Muy bien conservados

"El Tiktaalik desdibuja la frontera entre los peces y los animales terrestres tanto en su anatomía como en su estilo de vida", ha explicado Neil Shubin, uno de los coautores del estudio. Los fósiles encontrados se encuentran en buen estado e indican que la longitud de la especie era de entre un metro y poco más de dos y medio, lo que también es muy valioso para los estudios sobre los cambios evolutivos en el esqueleto a medida que los peces se convirtieron en animales que vivían en superficie.

La alta calidad de conservación de los fósiles también ha permitido a los investigadores examinar las articulaciones de muchos huesos de aleta; algo que ha sido determinante para saber que las articulaciones del hombro, codo y muñeca eran capaces de soportar animales con miembros corporales. Uno de los aspectos más importantes del descubrimiento es la información que puede aportar sobre la transición de las aletas acuáticas a los miembros terrestres. De este aspecto se ocupa un segundo estudio, en el que los científicos explican en profundidad cómo la aleta pectoral de los peces sirve como origen al miembro de los tetrápodos. En la aleta del Tiktaalik se encuentran incrustados huesos que pueden compararse a los del brazo superior, antebrazo y partes primitivas de las manos de los animales terrestres.

Cuando el Tiktaalik habitaba el planeta, las actuales regiones árticas de Canadá formaban parte de una masa de tierra que se encontraba sobre el ecuador y la zona tenía un clima subtropical muy similar al de la cuenca del Amazonas en la actualidad. La especie vivía en pequeñas corrientes de este sistema de deltas. Según los expertos, el asentamiento ecológico en el que estos animales evolucionaron les proporcionó un ambiente que contribuía a la transición a la vida en la tierra."

de genes y alimentos

Reportaje aparecido hoy en El País:

Los genes guiarán la dieta

ANGELA BOTO - Madrid

En un futuro, quizá no muy lejano, antes de ir al supermercado o de salir a cenar a un restaurante habrá que pensar en llevar en la cartera no sólo la tarjeta de crédito, sino también la genética. En ésta última se encontrarán almacenadas las peculiaridades del genoma personal directamente relacionadas con la alimentación. A la hora de llenar la despensa o de elegir en una carta se leerá el chip nutrigenético y un sistema inteligente informará de los alimentos más recomendados para que una persona en particular reduzca el riesgo de enfermedades cardiovasculares, de cáncer o para que aumente su esperanza de vida. Hay quienes incluso vaticinan que se podrán mejorar ciertas facultades como la capacidad de concentración simplemente siguiendo una dieta determinada.

La decodificación del genoma humano trajo primero los tratamientos a la carta, fármacos diseñados para una carga genética determinada, y ahora la genómica se cuela en la cesta de la compra. Los expertos aseguran que 2006 será el año en el que la nutrigenómica arranque con fuerza. Éstos últimos no han sido buenos tiempos para la nutrición. Se han publicado datos que parecen indicar que las dietas bajas en grasas no son tan saludables como se había pensado, la soja tampoco ha pasado los últimos exámenes sobre sus beneficios. En definitiva, los datos sobre alimentación son en la mayoría de los casos confusos, pero esta situación, así como las recomendaciones dietéticas universales, podrían tener los días contados. "Hay que reconocer que somos genéticamente diferentes y que reaccionamos de manera diferente a los nutrientes, de ahí la idea de combinar genética con nutrición. Así obtendremos recomendaciones personalizadas y basadas en la ciencia", asegura José Ordovás, director del Laboratorio de Nutrición y Genómica de la Universidad Tufts (Estados Unidos). De hecho, se piensa que las investigaciones en esta área desvelarán las razones por las que algunas personas se pasan la vida a dieta y nunca logran adelgazar, o descubrirán el secreto de aquellos que se pueden permitir una pésima alimentación sin sufrir consecuencias catastróficas para su salud.

Bien es cierto que ya existen compañías que ofrecen estos servicios, pero todos los expertos coinciden en recomendar a los potenciales clientes que se ahorren su dinero porque todavía no hay datos suficientes. "Puedo hacer las pruebas, no es difícil, pero no tenemos suficiente investigación básica que conecte las variantes genéticas con toda la complejidad de la comida como para decir qué se debe comer", afirma Jim Kaput, experto en el área de la Universidad de California y también presidente de su propia empresa de nutrigenómica.

Lo que está cada vez más claro es que los nutrientes interaccionan directamente con los genes y todo parece indicar que ciertos alimentos son capaces de poner en marcha regiones de la doble hélice con acción protectora frente a algunas enfermedades, mientras que otros provocan el efecto contrario. Pero, una vez más, estos hallazgos no tienen una aplicación universal porque existen individuos con variantes genéticas en las que la mencionada relación entre nutrientes y genes no funciona. Por ejemplo, se sabe que el té verde es saludable por sus efectos antioxidantes, pero es posible que haya personas con configuraciones de su ADN que hagan que no se beneficien de sus propiedades. De hecho, un estudio de la Universidad de Carolina del Sur (EE UU) sugiere que una variante genética de una enzima es la responsable de que algunas mujeres disfruten de una protección más alta frente al cáncer de mama con el consumo de la mencionada bebida. El caso contrario también sería válido: individuos cuya carga genética les hace menos susceptibles a las bondades del té.

Ordovás explica que la nutrigenómica tiene dos dimensiones que abordan los aspectos mencionados. Por un lado, se encarga de descubrir el complejo laberinto de interacciones entre los alimentos y el ADN. Por otro, la nutrigenómica se encarga de estudiar la prevención de patologías por medio de la dieta. "En el futuro, primero se analizará el riesgo genético de desarrollar una enfermedad -cardiaca, cáncer, diabetes- y después se decidirá el tipo de prevención", asegura este investigador español aficando en EE UU. Un ejemplo ilustrativo de ello serían los datos obtenidos sobre dos proteínas que funcionan en tándem para eliminar del organismo un tipo de toxinas que se producen, entre otras cosas, en la carne demasiado asada (o churruscada). Hay una variante genética, mucho más común entre los japoneses que entre los caucasianos, que provoca un desequilibrio en las mencionadas proteínas y, como consecuencia, un aumento de la incidencia de cáncer de estómago. Resultado: los japoneses deberían de evitar comer la carne muy hecha. Pero cuando no sean capaces de resistir la tentación podrían añadir a su comida ajo y brécol que contienen nutrientes que favorecen el equilibrio de las proteínas limpiadoras de tóxicos. Obviamente la tarea de crear recomendaciones no es tan sencilla, no sólo porque existe una infinidad de combinaciones de nutrientes con sus correspondientes interacciones, sino porque en la fotografía completa hay que poner en juego la gran cantidad de factores medioambientales que influyen en la expresión de los genes.

La nutrigenómica ya está generando muchos movimientos. Aunque algunos investigadores del campo aseguran que las compañías farmacéuticas no están muy contentas por el futuro que ofrece la nutrigenómica, las empresas del sector alimentario comienzan a prepararse para aprovechar el lucrativo mercado que se vislumbra. "Se cree que el presupuesto familiar destinado a la alimentación va a aumentar considerablemente", asegura Andreu Palou, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de las Islas Baleares y miembro de la Organización Nutrigenómica Europea (NUGO, sus siglas en inglés). Según este científico, en la actualidad existe una exigencia real en los países más ricos en cuanto a alimentación, hay una demanda de salud.

Pero no sólo las empresas se han puesto a la tarea nutrigenómica, los especialistas en ética también. "Tenemos que estar seguros de que es más que una herramienta comercial", asegura Rixt Komduur del Centro for Society and Genomics (Holanda) donde se está realizando un proyecto para estudiar los aspectos éticos de la introducción de una tarjeta nutrigenética, así como el riesgo de un mal uso de los datos o la incertidumbre de las personas que descubran una alteración para la que no hay ninguna solución.

En cualquier caso, parece que la genómica va a modificar los hábitos alimenticios y, lo que es más, "va a producir cambios en el consumidor porque hasta ahora lo tenía todo hecho. En adelante tendrá que preocuparse y responsabilizarse individualmente de su salud y de sus elecciones dietéticas", dice Palou.

Por lo que se refiere a la investigación en nutrigenómica, el viejo continente se ha adelantado a la estadounidense. La Comunidad Europea ha asignado 18 millones de euros a NUGO con el fin de integrar en una red a los grupos que trabajan en esta área y facilitar el intercambio de conocimiento. Por el momento, la integran 22 centros de distintos países de la Unión Europea. El único centro español presente es la Universidad de las Islas Baleares con el grupo de Biología Molecular, Nutrición y Biotecnología dirigido por Palou. En la península, existen distintos equipos investigando en el área. "La idea es crear un consorcio en España", explica el científico mallorquín. Parece que el primer paso ya se está dando puesto que Palou va a asumir la dirección del recién constituido Instituto de Investigaciones Sanitarias Pere Virgili en Tarragona que se centrará fundamentalmente en nutrigenómica. Palou espera que también las empresas de alimentación se integren en el mencionado consorcio.

Pero todo apunta a que la nueva disciplina se extenderá por todos los continentes. Ordovás puede ser considerado el puente entre América y Europa, y también Asia. Está trabajando junto con NUGO para crear un consorcio internacional. El objetivo no es sólo la colaboración de las distintas naciones, sino obtener datos sobre la interacción entre alimentos y genes procedentes de una amplia muestra de culturas y razas diferentes.



avances en terápia génica y en la producción de órganos en laboratorio

Dos noticia que aparece en "El País" de hoy:


Implantan vejigas desarrolladas en laboratorio a partir de células de los pacientes

AGENCIAS / Á. DE C. - Madrid

Científicos estadounidenses han conseguido implantar con éxito vejigas producidas en un laboratorio en personas que padecían enfermedades en este órgano y que suelen derivar en daños renales más complicados. Las conclusiones de la investigación se publicaron ayer en la edición digital de la revista británica The Lancet y abren una puerta a la regeneración de otros órganos a partir de tejidos humanos.

Los científicos, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest, lograron crear las vejigas a partir de las propias células de los enfermos. Identificaron a siete personas de entre 4 y 19 años que tenían un funcionamiento defectuoso de la vejiga debido a una anomalía congénita. El equipo de investigadores obtuvo una muestra de tejido procedente de las vejigas de los pacientes, entre ellos Kaitlyne McNamara, una joven de 16 años que ayer explicó el éxito del tratamiento. A partir de esas muestras, fueron capaces de producir en el laboratorio células musculares y células especiales de la vejiga (células uroteliales). Las células fueron colocadas en una especie de andamiaje diseñado con forma de vejiga que se dejó crecer durante siete semanas.

Lo siguiente fue pasar por el quirófano. Los investigadores implantaron quirúrgicamente las vejigas generadas en laboratorio y las colocaron adheridas a las vejigas originales. Durante un periodo de tres años, los médicos siguieron el progreso de cada uno de los pacientes y descubrieron que el funcionamiento del órgano mejoró sin los efectos secundarios que solían darse en los tratamientos utilizados habitualmente.

La técnica que se utilizaba hasta ahora para tratar el mal funcionamiento de la vejiga se basaba en la cirugía reconstructiva. El procedimiento, que normalmente consistía en implantar injertos de tejido de una sección del intestino delgado o del estómago, servía para proteger el funcionamiento de los riñones y mejoraba la incontinencia de los pacientes, pero causaba muchas complicaciones.



Alemania logra un éxito clave en terapia génica al curar a dos adultos

La técnica desarrollada en Francfort sirve para 30 enfermedades genéticas de la sangre

JAVIER SAMPEDRO - Madrid
EL PAÍS - Sociedad - 04-04-2006

Un equipo de 27 científicos coordinado por Manuel Grez, del Instituto de Investigación Biomédica de Francfort, ha logrado curar a dos hermanos (de 25 y 26 años) que padecían granulomatosis crónica ligada al cromosoma X (X-CGD), una grave inmunodeficiencia hereditaria causada por un gen mutante. Se trata del primer éxito claro en 20 años de terapia génica (infectar a pacientes de enfermedades congénitas con el gen sano que les falta), si se tiene en cuenta que la curación de 13 niños burbuja en París, en 2004, causó dos leucemias y una muerte.

Tanto los niños burbuja de París como los dos adultos tratados ahora en Francfort padecían inmunodeficiencias hereditarias: el gen erróneo -que es distinto en un caso y otro- está en todas las células de su cuerpo, pero sólo se nota en los linfocitos, las células de la sangre responsables del sistema inmune, que se generan a diario a partir de las células madre anidadas en la médula ósea. Por ello, la terapia génica en estos casos consiste en extraer células de la médula ósea, meterles el gen sano y reintroducirlas en el paciente.

Cada célula contiene el genoma humano completo (y por tanto el gen erróneo), y es preciso meter el gen sano en todas las posibles, para luego reintroducir unos 300 millones de células corregidas en el paciente. Ello requiere poner el gen en un vehículo (vector, en la jerga), y el más eficaz es un retrovirus (la familia del virus del sida). Ése es el vector que ha usado el equipo de Francfort.

Pero también fue el que usó el equipo de París, y ese retrovirus fus precisamente el que causó la leucemia a dos de los niños burbuja. Además de infectar a las células humanas, reproducirse y volver a infectar a más células, los retrovirus también integran su genoma dentro del genoma humano, y a veces caen al lado de genes relacionados con la leucemia y otros tipos de cáncer, activándolos más de la cuenta. Así pasó con dos de los niños. ¿Puede pasar también en este caso?

"En muchas de las células, en efecto, nuestro retrovirus se ha insertado al lado de genes relacionados con la leucemia, como Evi1", responde Grez desde su laboratorio de Francfort. "No esperábamos ese resultado, pero en cualquier caso la inserción del retrovirus no basta para provocar la leucemia. Los pacientes están perfectamente sanos dos años después del tratamiento. Hemos visto lo mismo en un paciente de otro tipo después de siete años, y también se ha mostrado en pruebas con primates y ratones".

Pero, aunque esa inserción no baste para producir la leucemia, los retrovirus suelen ser inquilinos inquietos: del mismo modo que se integran junto a un gen, pueden sacar una copia e integrarla en otra zona del genoma humano. ¿Podrían los retrovirus de Francfort causar una segunda inserción en el futuro, y por tanto una leucemia?

"No", responde Grez. "El retrovirus es deficiente, no tiene los genes que normalmente le permiten saltar, infectar a una célula o integrarse en el genoma humano. Cuando lo usamos para infectar las células con el gen sano, fuera del cuerpo del paciente, le aportamos nosotros esos productos. Una vez dentro del cuerpo, ya no puede saltar".

Sin embargo, todos los retrovirus que infectan a la especie humana tienen unos genes muy parecidos, y pueden intercambiarse esos productos. ¿Qué ocurriría si los dos pacientes de Francfort se infectaran con el VIH (el virus del sida), o con otro retrovirus cualquiera? ¿Podría entonces activarse el retrovirus deficiente e insertarse junto a otro gen peligroso? "La probabilidad es ínfima", dice Grez, "porque nuestro retrovirus es de ratón, y no debe movilizarse por una coinfección con retrovirus humanos".

Sin infecciones

Hasta que fueron tratados hace un año y medio, los dos pacientes necesitaban vivir con grandes precauciones y administraciones permanentes de antibióticos para mantener a raya todo tipo de infecciones. Uno de ellos padecía una infección pulmonar crónica, y el otro dolencias hepáticas de larga duración. Ambos problemas han desaparecido.

Los dos pacientes siguen siendo sometidos a frecuentes revisiones, tanto para comprobar el estado de su sistema inmune como para detectar cualquier signo temprano de una posible leucemia.

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